Los días de "kun"...

Hoy me propongo relatar este día de una forma un tanto peculiar, tal y como hice en mis "Crónicas de Final Fantasy" en un foro de cuyo nombre no quiero acordarme. Primero lo relato en forma "Crónica" y luego en forma "Acrónica". Ahí voy.

ESTILO "CRÓNICA"
Al alba después de que la luz ardiente del maldito Sol me abrasara mi carita deforme, me sentía como hastiado de la vida, más que nada porque por diversas fluctuaciones del espacio temporal en una noche mágica como es la del 10 de febrero post carnavalium, noté como si Morfeo no hubiese acudido a mí para sumirme en el sueño nocturno que caracteriza a los humanos por tenerlo en esas horas. Me levanto y digo: "Yo no me había levantado ya?" Pues no, lo había soñado... HABÍA SOÑADO QUE ME LEVANTARA PARA DESPUÉS TENER QUE LEVANTARME OTRA VEZ! Si hasta había mirado el horario para sabes con qué preparar la bolsa mágica contenedora de libros y hasta había ido al aparato destruyeresiduos humanos a desechar los fluidos innecesarios de mi cuerpo! Resignado, me puse a repetir todo lo que había ocurrido en mi sueño con absurda monotonía y me voy p'al autobús...
Llego a la institución del Estudiórium, cuando por arte de magia los elfos que allí trabajan como cocineros me informasn de que un nuvo estudiante acaba de llegar para estudiar las mágicas artes de la magia elemental (léase magia estilo Final Fantasy), un chico con el que ya me había comunicado vía patronus a distancia en días anteriores... Me acerco a él y le digo al oído: "Hola... Soy Kun..." (xD no os imaginais cómo me imagino el tono de voz de esto). Él, como si no me conociera, frívolamente alza su mano para que se la estreche, dejándome más confuso que después de recibir aquel Puño Mareo del Spinda que me encontré en las afueras del monte Gagazet...

ESTILO "ACRÓNICA"
Hoy me levanto tras soñar que ya me había levantada y había hecho todo lo que hago por la mañana. Me pongo a hacerlo todo de nuevo con la sensación de no haber dormido nada y me voy p'al autobús. Más tarde llego al instituto y, en el recreo, me dicen que ha llegado un chico nuevo de Barcelona con el que ya había hablado por el Messenger. Resulta que me acerco y le digo: "Soy Ramón" y me da la mano y mira para otro lado. A lo mejor no me conoció...